La autora, Carmen Otero, asistió a la puesta de largo de esta pieza que ya forma parte del paisaje urbano de la localidad.
Esta mañana fue inaugurada la obra premiada en el II Certamen Internacional de Escultura ‘Rafael Canogar’, cuya autora, Carmen Otero, ha estado presente en esta puesta de largo junto al alcalde de La Roda, Juan Ramón Amores, y concejales del consistorio; además del coleccionista de arte rodense, José Julián Viñas, colaborador en la puesta en marcha y consecución de dicho concurso escultórico.
La pieza, ‘Faz’, ha sido ubicada en larotonda de la avenida Felipe VI, en la confluencia con las calles Juan Carlos I y Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús. Ubicación en la que hasta ahora se encontraba instalada la obra del artista rodense Gabriel Alarcón, cuya creación ha sido trasladada al patio de la Posada del Sol.
Juan Ramón Amores señaló que la iniciativa de este certamen nació en su día con la intención de convertir a La Roda “en un pequeño museo de escultura al aire libre”, a partir de un certamen que lleva el nombre de Rafael Canogar, “uno de los escultores de referencia del siglo XX en España y en el mundo”.
El alcalde recordó que este certamen pasará a celebrarse con unaperiodicidad bianualen las próximas convocatorias, disponiendo así de más tiempo entre la celebración del certamen y la elaboración en gran formato de la escultura ganadora.
La creación de Carmen Oteroresultó ganadora en la segunda edición, cuyo primer premio estaba valorado en 5.000 euros, por entender el jurado la capacidad de la artista de expresar lo máximo con elementos mínimos y su evidente lenguaje contemporáneo. Otero apuntó que la escultura es “parte de mi vida” y dijo estar muy interesada en “el estudio de la forma y el lograr llegar a la esencia”.
El IV Certamen Internacional de Escultura Rafael Canogar tendrá lugar en 2025, con la publicación de bases y convocatoria a finales del presente 2024. Por otra parte, en unos meses se comenzará a trabajar en la reproducción en gran formato de la pieza ganadora de la tercera edición, ‘Tránsito incierto’, de Ernesto Knorr.